«Lágrimas negras de Brin» de Nicholas Avedon

Título: Lágrimas negras de Brin.

Autor: Nicholas Avedon.

Autopublicado.

Género/s: Ciencia ficción, distópica, romance y futurista.

Nº de páginas: 304.

Autoconclusivo (relacionado con “11,4 Sueños luz”)

 

 Sinopsis 

Los viejos túneles de la ciudad de Rotterdam alumbran el despertar adolescente de una joven alma atormentada. Mientras, muy lejos de allí, una mujer madura enseña a un desconocido sin pasado el valor de la vida. En París, Ariel de Santos, un director de arte de fama mundial conoce a la que será la mujer que le hará abandonar todo por amor, embarcándose en un viaje sin retorno a las estrellas, dejando detrás muertes y mentiras.

Tres historias de amor en tres mundos diferentes. Atravesando de lado a lado géneros como la ciencia ficción distópica, el ciberpunk o la fantasía y sumergiéndonos en el alma humana, el principio del siglo XXIII no puede ser más desolador y a la vez más fascinante.

La narración comienza dos años antes de que lo haga “11,4 Sueños luz”, y continúa la historia justo donde terminó ésta. Aun así, su lectura independiente ofrecerá al lector muchas más sorpresas que si conociera la historia desde el principio. Después de todo, ¿existe algún principio para las historias con personas como éstos?

 

 Opinión Personal 

¿Necesitas un lugar con el que desconectar? ¿Dónde cumplir tus fantasías más retorcidas y brillantes? ¿Todos los anhelos del ser humano al alcance de la mano? Bienvenidos a Brin, la cual podemos conocer gracias al mapa incluido en el libro. La promesa del paraíso mortal creada por el hombre… excepto si eso es lo único que conoces, si naces allí.

La existencia de Grimm se inicia en Brin, en sus parajes de fantasía dignos de la mejor novela medieval  nutrida con magia. Pero él los desconoce. Apenas si tiene recuerdos antes del orfanato: la cabeza de su madre en una estaca. Después solo vendrá la esclavitud a manos de su primer amo. Y así seguirá, durante años. Crecerá en la oscuridad, bajo la tortura y la codicia por el dolor de su dueño. Hasta que es liberado. Y ahí… ahí empieza su auténtica historia. La suya, la de Brin, la de la Tierra y la de la nave Veluss M2210.

Es muy difícil abarcar una narración como esta. Es una apuesta arriesgada, pues hay multitud de factores que, juntos, podrían salir mal. Nicholas Avedon logra que las piezas encajen, revelando poco a poco lo que creíamos una imposibilidad, la mayor de las incongruencias. Todo cobra sentido.

Mientras Grimm sobrevive en Brin, descubre su identidad, su naturaleza y sus aparentes límites, otro mundo se desarrolla a la par. La Tierra del siglo XXIII continúa, inhumana y tecnológica. Los avances científicos e informáticos no cesan y la vida tal y como los seres humanos la conocemos ha llegado a su fin. Con los recursos explotados hasta la extenuación, la sociedad convive mano a mano con las facilidades que ha proyectado la ciencia hasta alcanzar una conexión, de alguna forma, impersonal. La atmósfera que imaginaba constantemente mientras leía era de un control desesperado, la necesidad ansiada de experimentar ¿pero y si la realidad ya no puede aportarte nada? Poco a poco, ésta parece atrofiada… y muchos decidieron vivir a través de un avatar, de un trabajo, de una droga, del sexo.

En esta Tierra tenemos a diversos personajes pero la que ocasionará un auténtico giro de los acontecimientos es Andelain. Ella es el punto de unión entre nuestra realidad y el universo de Grimm, aunque ni siquiera seamos conscientes de cómo. Andelain es una mujer madura, natural en un mundo artificial, con un empleo fuera de lo común en el que es insólitamente buena. Tanto que se acerca a una verdad difícil de digerir, implicada tanto emocional como laboral y moralmente. Será ella la que de paso a una creación sin paragón, o, al menos, la que la descubra… si bien no es la artífice. Moldea el descubrimiento pero es incapaz de impedir lo que le dicta el deber. Entre estas páginas conoceremos sus miedos y sus seguridades, su desesperación y sus sentimientos. Pero no estará sola, por supuesto. Personajes que salen en “11,4 Sueños luz” tendrán su hueco, tanto en la Tierra como en la conocida nave Veluss M2210, enviada a las estrellas en pos de un nuevo lugar donde el ser humano pueda asentarse. Ésta es una narración que bordea, por así decirlo, a “11,4 Sueños luz”. La complementa. Carlos, Ariel, Valerie… personajes cuya historia también descansa en esa novela, en “Lágrimas Negras de Brin” tienen su protagonismo, su recorrido. Esta narración sería un antes, un complemento paralelo y un después de “11,4 Sueños luz”. Sé que suena complicado en primera instancia, pero una vez conoces la obras de Avedon eres consciente que una historia al uso, con tiempo lineal, no es lo suyo. Él hace de ella algo complejo que se va construyendo y, lejos de producir confusión, despierta la curiosidad y va generando tensión.

“¿Quién es ese personaje? ¿Por qué este capítulo lo dedica a un universo y este a otro? ¿Qué tiene que ver esta persona con la otra? ¿Qué es?”

Las preguntas circularán, excitadas, por la cabeza, avanzando en la novela para alcanzar un punto de comprensiva unión. No es esa sensación de frustración, sino la chispa viva de conocer más la que alentará al lector. La emoción contenida al ver como las piezas encajan cuando, llegado un momento, tú formas parte del juego. Donde sabes más que muchos de los personajes a los que vas siguiendo.

La estructura de esta novela está dividida en tres universos diferenciadores: la predominancia de Brin en una, la Tierra futurista en la segunda y tenemos una tercera con la nave Veluss M2210, que se dirige rumbo a las estrellas para colonizar una nueva realidad.

Lo más interesante de este aspecto no es solo la novela en sí y su avance, sino que conoceremos distintas fases de una sociedad en cada una de ellas. Brin obedece a la ley del más fuerte y poderoso, de los señores llamados “visitantes” y los que nacen allí, que solo cuentan con una única vida, muchas veces demandada por esos visitantes. Hay esclavos y grupos que desean su liberación e igualdad. La Tierra nos muestra el caos de la tecnología, la opresión de un ambiente, un mundo oscuro donde las personas dependen de Inteligencias Artificiales y la tecnología, la informática y los datos. Por último, la nave, que pese a sus avances tecnológicos representa el intento de una sociedad igualitaria que, si en un principio todo el mundo aporta su grano de arena, la ambición del ser humano cruza el espacio.

Voy a hacer una especial mención a un tema predominante en esta novela y que, en parte, esta tan implícito de una forma tan natural que puede pasar desapercibido… pero toda esta trama está construida, como dice en su sinopsis, sobre historias de amor. El amor entre unos amantes, entre amigos, entre la confusión de lo creado y las manos creadoras. El motor que impulsa muchas decisiones es ésta, incluso en aquellos condenados a no sentir.

Nicholas aborda este sentimiento en todas sus facetas, sin importar el género, las posturas sociales y protocolos. Si se refleja a través de un cuerpo femenino, masculino u otro. Hay una libertad tan fluida en este aspecto que resulta, cuanto menos, refrescante y meritorio.

La pluma de Avedon es ágil, sin duda, y tiene una forma muy estructurada de mostrarnos las cosas en el momento adecuado. Defiende y plasma argumentos e ideas muy complejas de una manera muy transparente y sencilla. Es muy consciente del potencial de su historia y la trata como merece, provocando, al menos en mí, un hondo sentimiento de reconocimiento. Como mencioné antes se atreve, osadamente, a mezclar un mundo lleno de fantasía con otro ciberpunk y futurista. A meter en la misma coctelera ingredientes que pueden echar a perder todo… y funciona. Alimentado quizá con una serie de fuentes de inspiración que no os diré para no perder el misterio, Avedon consigue un resultado digno de sus personajes.

Me gustaría daros detalles de esto pero… ¿por qué no averiguarlo vosotros mismos? ¿Por qué desvelaros las incógnitas de unos mundos incompatibles que se unen? Conoced a Grimm y sus múltiples rostros. Conoced a una Andelain… y a otra. Conoced Brin.

 

Puntuación

 

 Dato Curioso 

• Aquí tenéis disponible el book-trailer oficial de “Lágrimas negras de Brin”: https://nicholasavedon.com/lagrimas-negras-de-brin/
• Como bien se menciona en la sinopsis, este libro es un inicio, complemento y continuación de “11,4 Sueños luz” del mismo autor. Puede realizarse una lectura independiente (tal y como es el caso de este reseña) pero sin duda, la historia es tan adictiva y comparte la presencia de unos personajes a los que no quieres dejar de conocer, que lo mejor es leer ambas novelas.
• Os recomiendo echar un vistazo a la web oficial (https://nicholasavedon.com/) del autor donde encontramos toda la información detallada de esta peculiar bilogía, sus novelas, escritos, artículos y reseñas… Nicholas Avedon es un escritor inquieto y prolifero.
  

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  No podríamos estar más agradecidas a Nicholas Avedon por habernos hecho llegar sus libros, por sus dedicatorias y por pedir exactamente lo que cualquier escritor querría: disfrutar tanto de la lectura de su libro que la fotografía que le devuelva sea la del mismo desgastado. Poco lo parece para lo mucho que lo he vivido. Gracias por Brin, por el recorrido notable de los personajes, por las sorpresas y por la necesidad de leer «11,4 Sueños luz». Buen trabajo.