«La posada del pozo» de Raquel Victoria Morea

Título: La posada del pozo.

Autor: Raquel Victoria Morea.

Autopublicado.

Género/s: Histórica.

Nº de páginas: 313.

Autoconclusivo.

 

 Sinopsis 

En la España de los años veinte, en un pueblo limítrofe de Teruel, Nieves regenta, junto a su padre, una legendaria y reputada posada familiar. Su fuerte carácter y su avanzada mentalidad le llevarán a concienciarse con las miserias y penurias padecidas por la gente humilde de su entorno. Más tarde, con su marido Bernardo, sus amigas y otros paisanos, se involucrará en la lucha de clases por la igualdad y la justicia social, alentada por un pueblo que vive del campo y las minas. La repentina llegada de la Guerra Civil truncará los propósitos de todos ellos, pero hará fluir sus sentimientos más profundos y honestos, que florecerán en medio de un universo lleno de angustia y desolación, volviéndose cada vez más aterrador con el paso de los días. Una conmovedora novela en la que los protagonistas se verán inmersos en los tiempos de transformación y cambio que engloba al país en aquellos agitados instantes, en primer lugar; teniendo que asistir, después, con gran pavor, al desmoronamiento de todo su mundo y al desgarrador desconsuelo que le acompañará. Un fresco marco narrativo donde el trágico acontecer de nuestro pasado reciente se combina entre las alas de la libertad recién conquistada, los lazos enredados del amor puro y apasionado, el firme coraje femenino y los sucesos atroces de un turbulento periodo histórico, conformando una amalgama de situaciones que sacan la parte más humana de las personas ante los horrores de la guerra y la desesperanza. Además de retratar, con nítidas y sutiles pinceladas, la triste y terrible realidad vivida, en el siglo pasado, por nuestros antepasados más cercanos. Una composición coral tejida en bella prosa poética, que muestra claros valores de superación y voluntad ante la adversidad; y que rezuma, asimismo, honda sensibilidad, en un lenguaje intimista que sobrecoge y, a la vez, despierta emoción.

 

 Opinión Personal 

La Guerra Civil fue un período agitado y desolador en España, que dejó tras de sí un reguero de sufrimiento por parte de ambos bandos, el sublevado y el republicano. Surgió a raíz del parcial fallido golpe de estado llevado a cabo por una parte del Ejército contra el Gobierno de la Segunda República que ostentaba el poder en aquel entonces. Es importante para la novela conocer, grosso modo, este conflicto bélico que supuso un antes y un después en la política, economía y sociedad española… Porque en ningún momento se menciona abiertamente. Se habla de un conflicto, de una guerra, de una lucha por los derechos, de la justicia, sí, pero en ningún momento de la historia se comenta la magnitud política del conflicto más allá de cómo afecta a nuestros personajes protagonistas y a sus derechos más básicos. Esto tiene su lado positivo y negativo. Raquel logra que toda su obra pueda extrapolarse a cualquier otra guerra o revolución porque el factor predominante son las emociones que despierta: el miedo, la desolación, la determinación… pero esto, a su vez, provoca una constante necesidad en el lector de saber lo que ha sucedido, de ubicar el suceso. Al final es una historia sesgada. Comprensible, en parte, porque la vemos a través de los ojos de unas personas que viven en un pueblo alejados del núcleo del conflicto. Forman parte de él en la medida de sus posibilidades.

“La posada del pozo” es una historia que se divide, a priori, en dos partes, pero la autora ha hecho bien en partirla en cuatro. El inicio nos ubica en el edificio que es el corazón de la novela: la posada. Allí, los descendientes de nuestros protagonistas hallan una pistola en las profundidades del pozo que reina en el patio. Eso nos lleva a un retroceso en el tiempo, a Nieves, la voz de nuestra historia, y a su padre. Huérfana de madre, ha sido criada por un hombre que le ha otorgado una libertad y comprensión poco frecuente en aquella época para una muchacha como ella. Sin embargo, gracias a ello, es un personaje con el que a día de hoy se puede empatizar más fácilmente. Nieves comparte un pensamiento mucho más actual sobre su forma de ver el mundo, alejado de la distinción de clases, la sumisión femenina o la carencia de objetivos más allá de su propio hogar o la mera supervivencia. Lo descubrimos gracias a su forma de desenvolverse en la posada, con una autoridad de la que sin duda carecían muchas de su género. También lo atisbamos cuando inicia su relación con Bernando, quien se convertirá en su marido, sí, pero vive su relación desde el minuto uno entregándose plenamente, con un carácter y unas exigencias que, probablemente, antes no se tuviesen tan en cuenta. Está enamorada de Bernando pero eso no significa renunciar a su libertad individual y eso lo refleja muy bien sin perder la credibilidad de su etapa histórica.

En esta parte, conocemos el día a día de Nieves y su evolución en su rutina diaria, también ponemos nombre y rostro a sus más allegados que, cada uno, representa a su manera un tabú de la época, una norma social. Toda una sociedad rural se representa en su círculo, desde la familia espléndida que vive cómodamente y sus estrictas apariencias a la que apenas si tiene para sobrevivir un día más. Y, también, la manera de derribar aquello que las separa, siempre y cuando haya miembros de éstas dispuestas a aliarse. Aun con las peores consecuencias, con todo lo que ello conlleva.

Después de esto, la tensión de la realidad alcanza este pueblo en los límites de Teruel. La guerra llama a sus soldados y, tras haber vivido varios incidentes en el pueblo, los hombres son llamados a filas para pelear por sus derechos. La mayoría marcha y los niños, jóvenes, ancianos y mujeres se quedan. Y aquí conoceremos ciertos temores. Ahora son dos voces las que nos hablarán, una será la de Nieves, la otra, la de Bernando. Gracias a ella sabremos lo que significa esperar, la ausencia de la seguridad, el intento de seguir adelante sin noticias y con el constante temor de la muerte del ser querido pendiendo sobre la cabeza. Y, también, lo que es la humanidad, el apoyo y la necesidad de estar unidos. Por parte de Bernando nos adentraremos en el miedo, en el horror injustificado de ver la sangre del amigo derramada, saberte verdugo de una vida, la añoranza y el desconsuelo. ¿Hasta qué punto tus ideales merecen ser defendidos así? ¿Realmente vale la pena? Sí. Pero es difícil no olvidarlo después de tanto tiempo.

Por último, la novela se cierra sabiendo como esa arma llega al pozo, con el desenlace de la vida de esos antepasados que, ahora, tan bien conocemos.

Los personajes son tremendamente humanos. Sus reacciones, sus formas de pensar y actuar, son reales. Cuando somos realmente honestos, cuando asumimos que somos más complejos que aquellos estereotipos que nos muestra la televisión, cuando comprendemos que cambiamos y a veces somos incapaces de recuperarnos a nosotros mismos o de rescatar el recuerdo que teníamos de otra persona que ahora ya no es la misma, somos Nieves o Bernando, somos sus amigos y compañeros. Vivimos una constante evolución que nos convierte en personas distintas a las de antaño y es algo que, considero, Raquel ha captado muy bien en su obra. Incluso las reacciones que, el protagonista por antonomasia, debe lidiar con entereza y fortaleza aquí no se nos representa como tal. Hasta lo más idílico ha pasado un camino para llegar a ese clímax. No estamos hablando de personajes con honor, meramente valientes y que, gracias a una creencia inquebrantable, llegan a la meta. Muchas veces, en esta historia, eso no sucede. No llegan, no reaccionan con madurez o como se esperaría de ellos. Para alcanzar un entendimiento, discuten, temen, admiten sus faltas. Y, cuando se les concede una victoria fácil, cuando se soluciona, no significa que la vida no te depare más pruebas y sorpresas.

Hay una unidad femenina que se entreteje en la comprensión, en la generosidad y una fuerza inquebrantable que, por desgracia, no ha pasado como merece a los anales de la historia. No solo podemos verlo cuando se aproxima la amenaza de la guerra, donde todas se convierten en posibles futuras viudas, huérfanas o madres sin hijos, sino también en el nimio consejo entre ellas, en la manera en la que se extienden las manos unas a otras. Nieves y sus amigas son la personificación de esta hermandad. De una fortaleza que la mujer española tuvo que mantener en una época donde el sufrimiento estaba a la orden del día. En este caso, nos muestra a unas féminas que tuvieron que mantener, hasta el final, sus principios.

Adentrándonos en la pluma de Raquel, he de admitir que nos encontremos ante una narración comprensible, sí, pero no pulida. Muchas veces he sentido, mientras leía, que el mensaje que me intentaba dar era claro pero no estaba bien expresado. A la hora de ponerlo en el papel, sentía que debía ir interpretando, lo que evitaba una lectura fluida.

Entiendo que al hablar de una obra autopublicada quizá no haya pasado por las manos de un corrector, un editor y demás filtros literarios que, a priori, se dan por sentado cuando inicias una lectura. Y, muchas veces, eso no se nota… pero en este caso, personalmente, me ha resultado extremadamente evidente. Errores ortográficos y gramáticos surgían por doquier: expresiones carentes de sentido o repetitivas, una cantidad ingente de comas injustificadas que te obligaban a frenar cuando no tenía sentido o, en su defecto, sustituyendo las pausas de los puntos…

Además, lo que empieza siendo una novela narrada en tercera persona, pese a los diversos puntos de vista de personajes, en algún instante, de repente, cuando volvíamos al punto de vista de Nieves, era narrado en primera persona. Quizá tenía la justificación de que era un momento emotivo para ella, pero a mi juicio, eso sacaba porque nunca había pasado en todo el libro hasta ese momento y se repite tan solo en un par más de episodios antes de regresar a la tercera persona de nuevo.

En conclusión creo que “La posada del pozo” es una historia en bruto, muy bien organizada en cuanto a trama y muy bien pensada la forma de explotar a los personajes de la novela, de mostrarnos esa sociedad española de antaño que sufrió la Guerra Civil , sobre todo el bando republicano, pese a no mencionar esas motivaciones políticas más allá de los derechos humanos que atañen a nuestros protagonistas… pero, que, a nivel narrativo, aún queda mucho por trabajar. No tanto lo escrito a nivel de historia, las acciones como tales, sino gramaticalmente hablando y la decisión de la persona del narrador, etc. puesto que eso es lo que te impide empaparte de una novela que, sin duda, es prometedora.

 

Puntuación

 

 Dato Curioso 

• En una emotiva nota de la autora, al final de la novela, somos conscientes de lo vinculados que esta Raquel a esta historia, pues está basada en sus propios antepasados. Además, ha tenido un laborioso trabajo de documentación, el cual es cierto que podemos apreciar en diversos momentos de la historia. Es cierto que no existen referencias abiertas al suceso en sí mismo pero hay momentos concretos en los que Raquel te demuestra que sabe de lo que está hablando y lo conoce exhaustivamente.
  

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  Queríamos agradecer a Raquel Victoria Morea el haberse puesto en contacto con nosotras para brindarnos la oportunidad de conocer su historia, de conocer aquello que lleva dentro a través de la vida de sus antepasados y que este dispuesta a compartirlo con el mundo.

 

Tras una conversación con Raquel, nos ha hecho constar que existe una versión posterior de la novela que compartió con nosotras y que es la que está a la venta en Amazon. Nos ha hecho hincapié en que ahí solventa algunos de los errores que nosotras hemos considerado en esta reseña sobre su obra, si bien  no respondemos ante esta afirmación puesto que no la hemos leído. Esperamos que, los que os animéis a ello, disfrutéis de su fluida lectura.